MAYORDOMOS DE DIOS
1) Introducción
La Biblia enseña que cada hijo de Dios es un mayordomo, es decir, un administrador de todo lo que el Señor le ha confiado. Nada de lo que poseemos —vida, tiempo, recursos, familia, talentos o finanzas— nos pertenece realmente; Dios es el dueño, y nosotros administramos sus bendiciones según sus principios.
Una buena mayordomía es clave para la prosperidad bíblica.
Una mala administración abre puertas a la pérdida, las deudas, el desorden y la frustración.
Dios no solo desea bendecirnos, sino entrenarnos para administrar correctamente aquello que Él nos da.
2) Objetivos de aprendizaje
Al finalizar este módulo, el estudiante podrá:
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Definir qué es un mayordomo bíblico.
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Identificar las áreas que Dios nos llama a administrar.
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Comprender los principios financieros bíblicos del dar, sembrar y cosechar.
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Explicar el propósito del diezmo y la ofrenda.
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Aplicar hábitos de administración sabia y responsabilidad espiritual.
3) Contenido del módulo
1. ¿Qué es un mayordomo?
La palabra mayordomo significa administrador.
Un mayordomo cuida, organiza y utiliza correctamente aquello que pertenece a otro.
Según el módulo:
“Todo lo que tenemos es de Dios, y nosotros solo podemos manejar Sus bendiciones.”
Áreas que debemos administrar:
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Vida
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Familia
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Tiempo
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Dinero
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Trabajo
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Negocios
2. Desarrollar una actitud gerencial
Para administrar correctamente lo que Dios nos da, debemos desarrollar una mentalidad de gerente, no de víctima ni de escasez.
A. Una visión correcta del dinero
El dinero no es malo; la codicia sí lo es.
(1 Timoteo 6:10, 17)
El dinero hoy puede estar; mañana no.
Por eso la confianza debe estar en Dios, no en los bienes.
B. Control de deudas
El buen mayordomo paga lo que debe y evita adquirir deudas innecesarias.
(Romanos 13:7–8)
Las deudas pueden volverse una maldición que roba paz y estanca la vida.
C. Un presupuesto realista
El sabio administra según sus ingresos.
(Proverbios 1:20)
Principio clave:
“Cuando gastamos no más de lo que tenemos, somos libres de deudas.”
El presupuesto bíblico siempre incluye:
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Gasto moderado
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Ahorro
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Generosidad
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Honrar a Dios primero
3. Aprender el principio del dar
La reciprocidad divina establece:
“Tú das, Dios te da a ti.” (Lucas 6:38)
Así como la tierra devuelve cosecha cuando se siembra, el Reino de Dios responde a la generosidad de sus hijos.
Diezmo y ofrenda
Dios financia su obra a través del agradecimiento de su pueblo.
(Malaquías 3:10)
El principio no es obligación, sino gratitud y obediencia del corazón.
¿Qué es diezmar?
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Dar el 10% del ingreso. (Deuteronomio 14:22)
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El diezmo no pertenece al hombre, sino a Dios. (Levítico 27:30)
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Indica compromiso y honra.
¿Qué es ofrendar?
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Es un regalo voluntario a Dios según la bendición recibida. (Deuteronomio 16:17)
Principios bíblicos del diezmo
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Se entrega en la congregación local. (Deuteronomio 12:5–6)
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Lo reciben hombres mortales, pero espiritualmente lo recibe Cristo. (Hebreos 7:8)
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Jesús no abolió el diezmo; corrigió la actitud con la que se daba. (Lucas 11:42)
4. ¿Por qué dar a Dios? (2 Corintios 8:1–4; 9:6–9)
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Porque todo lo que tenemos viene de Él.
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Porque es una manera de honrar a Dios. (Proverbios 3:9)
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Porque “es más bienaventurado dar que recibir”. (Hechos 20:35)
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Porque cuando sembramos generosamente, cosechamos generosamente.
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Porque la Iglesia necesita recursos para cumplir su misión.
5. Resultados de ser un mayordomo sabio
Un buen mayordomo experimenta:
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Bendición abundante
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Protección contra el devorador (Malaquías 3:11)
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Productividad y estabilidad financiera
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Buen testimonio ante la congregación
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Prosperidad integral
4) Aplicación práctica
Para vivir como un mayordomo sabio, el estudiante debe:
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Hacer un presupuesto mensual.
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Separar su diezmo y ofrenda con constancia.
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Evitar deudas innecesarias.
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Administrar con orden su tiempo y recursos.
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Pedir dirección a Dios antes de tomar decisiones financieras.
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Ser generoso siempre.